Sexo, sexo y mucho sexo es lo que nos ha traído a la vasta mayoría de las personas a la tierra. El sexo es el mecanismo evolutivo para la reproducción, sencillamente sin sexo no hay bebés (a excepción de los fecundados
in vitro o por obra del señor). ¿Qué pasaría si un país entero dejara de tener sexo? No es necesario especular, Japón es el primer país en responder
y los calmares en aplaudir.
En la tierra del sol naciente el amor se está desvaneciendo pues una de cada tres personas menores de 30 años no ha tenido una cita romántica en su
vida y no desean tenerla. La gente ha dejado de buscar relaciones para seguir sus intereses individuales y adoptar lo que los medios llaman "el síndrome del celibato", o
sekkusu shinai shokogun.
Envueltos en una cultura de largas jornadas laborales y problemas ambientales, los jóvenes japoneses perciben al sexo y a las relaciones sentimentales como
mendokusai, es decir, una complicación innecesaria.
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¡Más ropa, menos sexo! |
El número de personas con algún tipo de aversión al contacto con el sexo opuesto se ha incrementado de forma constante, hoy el 61% de hombres y el 49% de las mujeres no están en una relación sentimental. Tan sólo en cinco años la cantidad de jóvenes no casados y que no están en algún tipo de relación aumentó un 10%.
Y no es un problema de libertinaje sexual en el que los jóvenes buscan encuentros casuales por miedo al compromiso, el sexo mismo es irrelevante. Casi la mitad de las chicas de 18 a 24 años dicen no estar interesadas en tener sexo e incluso repudian el acto sexual y casi de forma unánime consideran que la vida de soltera es preferible al matrimonio porque, como dice el dicho, "matrimonio equivale a muerte". Pero esto no es sólo chicas siendo modernas, hay una explicación.
Japón tiene de los índices más altos en educación, salud y calidad de vida para la mujer en el mundo, a pesar de ello, es uno de los países desarrollados con los problemas más graves de inequidad de género en el trabajo. Las mujeres japonesas rara vez alcanzan puestos importantes en las empresas o el gobierno y tener un hijo representa el fin de una carrera profesional para el 70% de ellas. Criar un hijo y trabajar es una dualidad virtualmente imposible, el trabajo toma muchas horas.
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"Cuando veo parejas felices en navidad, deseo que mueran" |
Pero no todo recae en manos de las mujeres. Los hombres japoneses están perdiendo interés en los puestos importantes de oficina, sus carreras son menos estables que las de sus padres y mantener una relación es mucho más costoso que cualquiera de sus hobbies. De los 13 millones de adultos japoneses que todavía viven en casa de sus padres, 3 millones tienen arriba de 35. En otras palabras, los hombres japoneses ya no son un buen partido.
En respuesta, los japoneses han desmenuzado las relaciones humanas convirtiéndolas en pequeñas experiencias independientes que se ofrecen para el consumo de los jóvenes: si quieres platicar, existen bares donde las chicas pagan cientos de dólares sólo para charlar con chicos que no piensan en sexo; si quieres flirtear, existen simuladores de citas; si de verdad deseas sexo; existen muñecas de ojos y senos grandes; si tu amor platónico es un personaje animado, puedes contratar a un acompañante disfrazado de ese personaje; y si lo que más deseas son unos minutos en la cama con otra persona... para platicar, también puedes hacerlo. (
vía Vice)
El año pasado, por primera vez en la historia, en Japón se vendieron más pañales para adulto que para bebé. En el 2060 se espera que de los 126 millones de japoneses que hay ahora sólo queden 84. Esto tiene alarmado a aquel país pues, sin nuevos jóvenes en la fuerza laboral, el orden social y económico se quebrantará por completo.
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De 120 a 80 |
Tal vez esto es el camino de la evolución, olvidar el sexo y desaparecer como especie. El declive en el número de nacimientos no es exclusivo de aquel país (aunque sí es más acelerado), de hecho es una realidad estadística en la mayor parte del mundo. En Japón amanece primero pero el tiempo corre en todo el planeta. (
vía The Guardian)
(Yo no tengo hijos,
mendokusai.)